El lipofilling o lipotransferencia autóloga es una técnica eficaz en las intervenciones de cirugía estética y reconstructiva. Deja menos cicatrices que cualquier otra técnica clásica y el resultado es más natural.

La lipotransferencia consiste en la extracción de grasa de una zona del cuerpo mediante una punción (liposucción) y su implantación en otra parte del cuerpo, ya sean mamas, glúteos, cara, etc. A diferencia de los implantes artificiales, esta grasa autóloga (es decir, procedente del mismo paciente) favorece la regeneración celular y es menos susceptible de alergias, infecciones y rechazo por el sistema inmunitario.

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Cada año se diagnostican en España unos 25.000 casos nuevos de cáncer de mama. De ellos, se estima que algo más del 64% acaban en una mastectomía.

Las secuelas psicológicas de sufrir una mastectomía (extirpación completa de la mama), unidas al hecho de necesitar quimioterapia complementaria, que conlleva la caída del cabello, hace que a estas mujeres les resulte más complicado mantener la autoestima y eso afecta a su vida diaria.

Las pacientes con cáncer de mama que precisan una mastectomía tienen derecho a la reconstrucción de las mamas extirpadas y a que esta intervención sea realizada por los médicos capacitados para ello, es decir, los profesionales con la titulación de Especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora.

La reconstrucción inmediata es la opción preferible, ya que, al realizarse en el mismo acto quirúrgico que la mastectomía, obtiene mejores resultados, pues los tejidos no pierden elasticidad, y unos beneficios psicológicos y de autoestima evidentes, pues las pacientes no se ven en ningún momento sin la mama o mamas extirpadas, lo que contribuye a su recuperación. La reconstrucción inmediata es posible en prácticamente el 100 % de los casos.

La reconstrucción puede efectuarse también después de una tumorectomía (extirpación del tumor conservando la mayor parte de la mama) o de una cuadrantectomía (extirpación de uno de los cuatro cuadrantes en que se divide anatómicamente la mama), si los resultados no son del todo correctos.

La radioterapia puede conllevar efectos lesivos, principalmente la atrofia de los tejidos, lo que, en las mamas reconstruidas mediante la implantación de prótesis, puede ocasionar, a su vez, molestias en forma de dolor, durezas y acartonamiento de la piel.

En estos casos, los cirujanos plásticos deben valorar e informar a las pacientes de la opción de la reconstrucción con tejido autólogo, es decir, procedente de otras partes de su propio organismo, como el abdomen, los glúteos o los muslos. Este tipo de reconstrucción autóloga puede realizarse de forma inmediata aunque vaya a realizarse la radioterapia posteriormente.

Por sus resultados y evolución posterior más naturales, la técnica con tejido autólogo debería emplearse, de hecho, como estándar en la reconstrucción mamaria, salvo en los casos en los que esté contraindicada, como en las mujeres muy delgadas, con pocos tejidos para recrear la nueva mama, o en los que vaya en contra de las preferencias estéticas de las propias pacientes.

Pese a ser la opción preferible, la reconstrucción con tejido autólogo es la que menos se realiza en España por desinformación de las pacientes.

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